¿Es deporte? ¿Es un show? ¿Es un entretenimiento digital que se vale de lo deportivo? ¿Es una fusión híbrida entre deporte y espectáculo? ¿Es una moda que encontró campo fértil en la Argentina? Las preguntas sobre los eventos de boxeo aficionado entre streamers, creadores de contenido y celebridades se han multiplicado. Y dado el perfil comunicacional y marketinero que impera hoy en el mundo ante actividades como esta, es un hecho que se van a convertir en una costumbre.
Algunos días atrás se concretó en el estadio de Huracán, en Buenos Aires, el evento llamado “Párense de Manos” (nombre que proviene del clip viral del ex diputado nacional Alfredo Olmedo), organizado por Lucas Rodríguez, Germán Beder y Alfredo Montes de Oca, bajo su programa de radio y stream “Paren la Mano” de Vorterix. Fue esta la tercera edición. La iniciativa comenzó en 2023.
El evento contó con una extensa lista de famosos, arriba y abajo del ring. Y si bien las peleas tuvieron protagonista de orígenes diversos, hubo predominio de quienes proceden del mundo de las redes sociales.
El evento deportivo mediático consiste en combates de boxeo, regidos por reglas deportivas adaptadas para aficionados y celebridades. Se define como una "velada" o festival que fusiona peleas con shows musicales en vivo. Para su realización, los organizadores gestionan autorizaciones ante entidades como la Federación Argentina de Box (FAB) para garantizar la seguridad y el cumplimiento de normas técnicas. Aunque participan leyendas como Sergio "Maravilla" Martínez en exhibiciones, el núcleo son figuras ajenas al boxeo profesional que se entrenan específicamente para la ocasión.
La popularidad de este tipo de veladas ha crecido exponencialmente en todo el mundo, impulsada por el alcance masivo de las redes sociales y las plataformas de streaming.
El pionero y referente es el evento más reconocido a nivel mundial llamado "La Velada del Año", organizado por el streamer español Ibai Llanos, que ha batido récords de audiencia en Twitch. Actividades similares han surgido en otros países y regiones, como "Stream Fighters" en Colombia y México, y el evento "Supernova" en México. Esto demuestra la expansión del concepto a nivel latinoamericano y global.
Estos espectáculos compiten directamente con los ratings de la televisión abierta y generan cifras millonarias de espectadores simultáneos en plataformas de streaming como Kick o Twitch, posicionando el formato entre los contenidos más vistos del planeta durante su emisión. Pero también la televisión abierta (como es el caso de Telefe) participa de las trasmisiones de manera experimental, pero también buscando renovar el tipo de audiencia.
Emoción, deporte y popularidad en dosis justas
La clave de su éxito global radica en la mezcla de la emoción del deporte con la popularidad de los influencers y la producción de un espectáculo de gran escala con música en vivo. Las figuras mediáticas participantes atraen a sus propias comunidades y eso eleva notablemente la cantidad de seguidores.
Para cada velada se utiliza la estructura de una competencia deportiva real para garantizar la seguridad de los participantes. De hecho los combates siguen las reglas del boxeo aficionado, con el uso obligatorio de cabezales, guantes reglamentarios (usualmente de 12 a 14 onzas) y supervisión médica.
Por otro lado, los participantes se someten a meses de preparación física y técnica intensiva para subir al ring en condiciones competitivas. Para su realización en estadios como el de Huracán, el evento requiere la validación de normas técnicas que suelen estar bajo la órbita de federaciones o comisiones de boxeo locales.
En definitiva, aunque es un show en esencia, el medio para lograr ese espectáculo es el deporte. Nada menos.